"En el 356 a.C. fue destruido por el incendio provocado por un loco, Herostrato, que quiso con ello inmortalizar su nombre (356 A.C.) la misma noche en la que nació Alejandro Magno. La ciudad entera dormía, y no fue posible impedir que las llamas destruyeran a este monumento incomparable, ni salvar las incalculables riquezas allí acumuladas.
Fue reconstruido después, casi en las mismas proporciones, por el arquitecto Dinócrates.
La mayoría de las descripciones físicas del templo provienen de Plinio el Viejo, aunque hay discrepancias en torno al tamaño. Plinio describe el templo como de 377 pies de largo (110m) por 180 pies de ancho (54m), hecho mayormente de mármol. Constaba de 127 columnas, cada una de 60 pies de alto (18m). Muchas de ellas con adornos tallados. El estilo del edificio era jónico. Albergaba varias obras de arte: esculturas de los renombrados Polícleto, Fidias, Cresilas y Fradmon; pinturas, columnas doradas de oro y plata. Varias de esas esculturas se referían a amazonas, que según la leyenda se habían encontrado en esa región.
Todavía se estaba reconstruyendo el Templo de Artemisa en 334 a.C. cuando Alejandro Magno pasó por Efeso al principio de su invasión de Asia. Cuando vio las ruinas parcialmente reconstruidas del templo, Alejandro se ofreció a cubrir los gastos de la reconstrucción completa, pero los efesios declinaron el ofrecimiento con elegancia, aduciendo que no era propio de un dios consagrar un templo a otro. Sin embargo, es indudable que Alejandro contribuyó generosamente a la reconstrucción del Templo de Artemisa, ya que designó a un arquitecto para supervisar el proyecto, Dinócrates. Se hablaba en toda Asia de los tesoros que atestaban sus galerías subterráneas, como también de su belleza arquitectónica.
La armonía de sus proporciones hacía de ella una auténtica joya del arte griego. Además, numerosas estatuas y otras obras de arte, fruto de los más famosos artistas del mundo griego, estaban en el Templo de Artemisa y aumentaron su fama. Muchos reyes y personas ricas donaron obras de arte para este templo como regalos consagrados a él. En el predio del templo se celebraban numerosos festines relacionados con el culto de Diana. Estas eran ocasiones en las que se comía y bebía con desenfreno y se practicaba la más crasa inmoralidad. La más espectacular de esas festividades duraba varios días durante el mes de Templo de Artemisa (marzo-abril), que era dedicado a Artemisa."
No comments:
Post a Comment